-¿Qué objeto tiene todo el mundo en su casa en Afganistán?

-¿Un kalashnikov?

-¡No! ¡Un objeto de uso común, lo utilizan hasta los niños!

-¡Un kalashnikov!

No se corta un pelo. Los diálogos ácidos pueblan ‘Kabul Disco‘, un cómic de Nicolas Wild que repasa en clave de humor la crisis afgana. Sí, esa a la que Obama quiere poner solución. Mucho mejor que un documental, el autor francés nos muestra el día a día en Afganistán desde sus ojos de un dibujante expatriado.

‘Kabul Disco’ -editado por Ponent Mon– es en realidad un tebeo autobiográfico, pero de una vida azarosa y poco común. Porque solo así pueden calificarse las venturas y desventuras de Nicolas Wild, un dibujante que acepta un puesto  de ilustrador para una agencia de comunicación que  trabaja para el Gobierno afgano. Así, en la historia se mezclan lo mismo los roces de cualquier empresa que los bombardeos americanos sobre la ciudad.

En su segundo tomo, subtitulado ‘´De cómo no me enganché al opio en Afganistán, Wild regresa a Kabul tras unas vaciones en Estrasburgo. En la capital afgana se encontrará con un nuevo encargo del gobierno de Karzai: una campaña para concienciar contra el cultivo y consumo de opio. El dibujante se toma este trabajo como una forma de contribuir a la recostrucción del país, pero no dejan de asaltarle dudas sobre si realmente esta avanza…

Y en medio de esto, la vida en un país en el que los talibanes aún están presentes. Por un lado, la curiosa  y surrealista comunidad de expatriados, cuya existencia va desde la alegre despreocupación al peligro constante de un ataque. Por otro, el devenir cotidiano y la historia de un pueblo arrasado por continuos conflictos.

Sus páginas, sin renunciar a contar nada, están llenas de humor e ironía, y no caen en los dramatismos.  Wild nos explica sus avatares con un grafismo simple, muy adecuado para una narración en la que prima la descripción de las situaciones  rocambolescas que vive un tipo común. Una lectura amable, con la que uno se queda con ganas de tercera parte, y se pregunta: ¿Leerán cómics en la OTAN?…